En un mes de julio le diagnosticaron a mi pareja una enfermedad rara, esclerosis lateral amiotrófica, algo más conocida por sus siglas ELA. Poco conocíamos al principio de dicha enfermedad. Nos negábamos a asumir la “sentencia” y pensábamos que se podían haber equivocado, pero la cruda realidad estaba ahí.
Pronto asumimos que era algo con lo que teníamos que vivir el tiempo que nos quedara, sabiendo que no era mucho y que sería muy duro.
Nadie sabe, si no ha pasado por esto, lo duro que es y sin embargo él lo llevó con una entereza envidiable. Continua llegint